viernes, 23 de julio de 2010

Cuando la ilusión del ego se desvanece.

... las palabras ego e individuo, tal como las usamos en este libro, se refieren al sentido ilusorio de separación que es creado cuando la Conciencia Pura se olvida aparentemente de si misma y se identifica con una entidad limitada en el espacio y el tiempo.

Cuando la ilusión del ego se desvanece no queda ninguna entidad que pueda iluminarse, sino únicamente la comprensión de que la iluminación ya existe.

En ausencia del ego lo que queda es la claridad de que tu verdadero ser es la Conciencia Pura y que tu sentido de la separación no era mas que una hipnosis divina que hacía que te sintieras como una entidad limitada. Metafóricamente, esta experiencia de un yo separado puede explicarse simplemente como una interpretación del verdadero Yo. Según esta metáfora el ego es un personaje limitado que no tiene existencia propia. Es el verdadero Yo en uno de sus múltiples disfraces, algo así como el malo de la película que no existe independientemente del actor que la interpreta.

Cuando ha quedado claro que todo es uno, el sentido que existe un ego separado, solo puede ser una actividad del verdadero Yo. "¿Porque lo hace?", puede uno preguntarse. La respuesta mas corta es "¿Por que no?". La respuesta más larga es que lo hace porque el juego forma parte de su propia naturaleza.

El Yo se pierde en el sueño de la existencia, gracias a lo cual podrá vivir las más aterradoras y maravillosas aventuras, y lo hace por el hecho de tener esas experiencias.

Puedes comparar este "perderse en el juego" con la manera que nos olvidamos de nosotros mismos cuando nos quedamos absortos ante una película que contiene escenas de amor, violencia, traición y abnegación. Podemos sentirnos indignados, escandalizados, emocionados y al borde de las lágrimas; pero en un cierto nivel, sabemos que estamos a salvo en todo momento y que esto no es mas que una película.


El momento del abandono total -el momento en que el ego se desvanece- la vida es vista como el fabuloso juego ilusorio que es. En ese instante la búsqueda termina, y la alucinación de un yo separado queda al descubierto como una ilusión producida por el Yo universal. La identidad personal se disuelve en la Fuente, al igual que una gota de agua se disuelve en el océano.

Leo Hartong
Despertar a la Verdad

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