jueves, 19 de agosto de 2010

U G Krishnamurti - La mística de la iluminación

Ese alguien, esa identidad artificial e ilusoria se termina. Por entonces, e incluso ahora, no hay nadie que esté sintiendo los sentimientos, no hay nadie pensando los pensamientos, no hay nadie aquí hablando; hay tan sólo una simple computadora funcionando automáticamente. La computadora no está interesada en las preguntas que usted me hace, ni en mis preguntas. La computadora no se preocupa por tratar de comprender cómo está funcionando este mecanismo, de manera que todas esos interrogantes que tenemos como resultado de nuestro pensamiento lógico y racional no tienen más validez; han perdido su importancia.

El cuestionar mis acciones antes y después se terminó para mí. El cuestionamiento moral - "Debería haber actuado de esta manera; no debería haber actuado así. Debería haber dicho esto" - en mí no queda nada de eso. No tengo remordimiento, no pido disculpas; cualquier cosa que haga es automática. En una situación determinada no puedo actuar de otra forma. No necesito racionalizar, pensar lógicamente - nada de eso - es la única acción posible en esa situación particular. La siguiente vez la acción será diferente. A ustedes puede parecerles una situación similar; pero no lo es para mí, porque siempre hay un factor desconocido, un factor nuevo, por el cual lo que haga será siempre diferente. Puede que les parezca inconsistencia o contradicción. Yo no puedo actuar de otra manera - no existe conexión entre las dos acciones.

Esto es físico, no psicológico - no recuerdo nada que no esté sucediendo en este momento en particular - no hay reacción, sólo respuesta. Pero ustedes están reaccionando todo el tiempo - existe el juicio a favor o en contra: "Esto es correcto, eso es incorrecto." La respuesta de la cual hablo es la respuesta física a la situación. Yo funciono en el plano físico todo el tiempo. No pienso en nada cuando los veo; mis ojos están enfocados en ustedes. Si me doy vuelta, ustedes son borrados; entonces está el picaporte de la puerta, no ustedes; y ustedes ya no están ahí, ni siquiera en mi mente. (No hay ninguna mente.) Si es necesario, se recuerda - si me hacen preguntas. Reaccionar es pensar acerca de algo: 'Correcto,' 'Incorrecto.' 'Bueno,' 'Malo'. Responder es observar sin la intervención del pensamiento. La respuesta es física; la reacción es mental. Todo el tiempo están reaccionando; no están respondiendo físicamente a la cosas externas.

Ustedes se preguntarán "¿Cómo un hombre así puede tener algún pensamiento sensual?" No existe nada que él pueda hacer para suprimir ese pensamiento, o para darle la oportunidad de actuar. Esto es una realidad, un hecho. Algunas veces los recuerdos sensuales de hacer el amor con mi esposa surgen quién sabe de dónde. Pero cuando esos pensamientos tratan de echar raíces aquí, todo en uno se comprime, se ajusta - uno no tiene que hacer nada. Los pensamientos no pueden permanecer allí - no hay continuidad, no hay estructura - uno conoce lo que es, y ahí se termina - luego aparece alguna otra cosa. Pero la cosa no acaba allí para ustedes; ustedes dicen "¿Cómo puedo tener estos pensamientos sensuales?" Consideran que no están libres si tienen pensamientos sensuales; pero si no los tuvieran, pueden estar seguros de que no serían seres humanos vivos. Santo o pecador, uno debe reaccionar a cada estímulo. No existe la sublimación - todo eso es absolutamente algo sin sentido. Los santos les están mintiendo - es una pavada, pura basura - no les crean todo eso. ¿Qué sentido tiene condenarse uno mismo diciendo que se es un pecador? ¡Qué tontería están diciendo! Uno debe responder - si hay una mujer, debe existir una respuesta física a eso - de otra forma serían cadáveres.

Pero aquí [en este estado] no hay continuidad, no hay estructuras; alguna otra cosa aparece. Los pensamientos vienen y van; se repiten a sí mismos - en ese sentido es algo gracioso. No es que yo lo vea como alguien que quisiera disfrutar de alguna diversión. La mayor parte del tiempo uno ni se entera de que están allí. No pueden permanecer; están moviéndose. Cuando uno reconoce que hay peligro, bien, no puede permanecer mucho tiempo allí; es empujado por la siguiente cosa. No tengo que hacer nada; antes de que me de cuenta qué está pasando, se fue. Cuando uno trata de observarlo, no está allí; lo que uno ve es algo completamente diferente de lo que había antes. Ellos [los pensamientos] no son un problema; se vuelven un problema tan sólo cuando uno se sienta en un rincón tratando de meditar y controlar sus pensamientos. Los pensamientos están brotando a borbotones dentro de uno. ¿Cómo podría uno controlarlos? Uno no tiene control sobre eso. No es posible para uno controlarlos. Todo eso es un ejercicio inútil. No tienen que hacer nada.

Este hombre no es una piedra; lo afectan todas las cosas. Tampoco se preocupa por crear una armadura. El hombre religioso ha creado una armadura a su alrededor. Aquí el proceso acumulativo ha terminado: la única acción es la física - solo en ese nivel. Los sentidos corren como caballos salvajes - no hay nadie que los controle - corren aquí, allá y en todas partes, según lo demande la situación. Si uno acepta el desamparo, el problema está resuelto - es por eso que digo que no hay libertad de acción para ustedes. No estoy hablando de una filosofía fatalista, sino de impedir que el pasado interfiera y coloree el presente.

Todo esto de urdhvaratus (sublimación de la energía sexual) es una tontería. Lo digo con seguridad porque es algo con lo cual he experimentado antes, yo sé lo que es.

Conservando energía sexual no se mejorarán a sí mismos de ninguna manera. Es algo tan tonto y tan absurdo. ¿Por qué han puesto tanto énfasis en eso? Abstinencia, continencia, celibato, no los ayudará a entrar en este estado, (Se ríe) en esta situación. Alguien puede tener sexo hoy, y esta clase de cosa puede sucederle mañana - y puede suceder incluso en medio del sexo. Si hay un instante durante el cual no hay nadie experimentando nada, ese es el momento en el cual esta cosa puede suceder. No tiene por qué ser el discurso de un religioso; la caída de una hoja, el mugir de una vaca, el relinchar de un caballo, o cualquier cosa que esté sucediendo puede realizar el truco - porque si usted no traduce ninguna cosa, eso se hará cargo.

U G Krishnamurti - La mística de la iluminación



2 comentarios:

  1. UG me encanta, es lo que llamo un auténtico crack; uno de los grandes "rompedores" (de egos jejej). Me encantan estos textos que vas seleccionando en el blog. UG, Ramana Maharshi... auténticos cracks, cada uno Vida pura, en su estilo, en su sabor, el Martillo y el Silencio. ¡Menudo par!

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  2. Con esta lectura me ha quedado claro el porque muchos de los maestros iluminados murieron de alguna enfermedad terminal...como Nisargadatta, Ramana, Jiddu Krishnamurti que murieron de cancer...me ha ayudado muchisimo leer esto..."No existe la sublimacion"....gracias.

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