martes, 22 de marzo de 2011

En cada momento de su vida usted sabe lo que necesita saber.

Int: ¿Acabará la ignorancia alguna vez?

Mah: ¿Qué hay de malo en no saber? Usted no necesita saber todo. Es suficiente saber lo que usted necesita saber. El resto puede cuidar de sí mismo sin que usted sepa cómo lo hace. Lo que es importante es que su inconsciente no trabaje contra lo consciente, que haya integración en todos los niveles. Saber no es tan importante.

Int: Lo que usted dice es correcto psicológicamente. Pero cuando se trata de conocer a los demás, de conocer el mundo, mi saber que yo no sé nada no es de mucha ayuda.

Mah: Una vez que usted está interiormente integrado, el conocimiento exterior viene a usted espontáneamente. En cada momento de su vida usted sabe lo que necesita saber. En el océano de la mente universal está contenido todo el conocimiento; es suyo a petición. La mayor parte de él, usted puede no necesitar saberlo nunca —pero de todos modos es suyo.

Como ocurre con el conocimiento, así ocurre con el poder.

Todo lo que usted siente que necesita hacerse, acontece infaliblemente. Sin ninguna duda, Dios atiende a esta tarea de dirigir el universo; pero Le contenta tener alguna ayuda. Cuando el ayudador es aegoísta e inteligente, todos los poderes del universo están a su disposición.

Int: ¿Incluso los poderes ciegos de la naturaleza?

Mah: No hay poderes ciegos. La consciencia es poder. Sea consciente de lo que se necesita hacer y se hará. Solo manténgase alerta —y en quietud. Una vez que usted alcanza su destino y conoce su naturaleza real, su existencia deviene una bendición para todos. Usted puede no saberlo, y el mundo puede no saberlo, pero la ayuda irradia. Hay gentes en el mundo que hacen mayor bien que todos los estadistas y filántropos juntos. Irradian luz y paz sin ninguna intención o conocimiento. Cuando otros les hablan sobre los milagros que han hecho, ellos también se llenan de pasmo. Pero, como no toman nada como suyo propio, no se enorgullecen ni están ávidos de reputación. Simplemente, son incapaces de desear nada para sí mismos, ni siquiera la alegría de ayudar a otros, pues saben que Dios es bueno y están en paz.

YO SOY ESO
Conversaciones con
Sri Nisargadatta Maharaj

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