sábado, 21 de mayo de 2011

El regalo más preciado

Aun cuando el Ser está siempre con nosotros, el conocimiento del Ser es el don más preciado y lo recibimos sólo por la gracia de Dios. Conocer al Ser es eliminar todos nuestros sufrimientos y alcanzar la dicha suprema. Hasta que la mente quede satisfecha al fundirse con el Ser, arderá sin cesar en el fuego del apego y la aversión. Pero cuando uno alcanza al Ser, alcanza su alegría libre y soberana, que el dolor del mundo nunca puede tocar. Desde el seno de esta dicha surge una fuente de néctar. ¿Cómo podrá jamás estar hambriento o sediento quien haya alcanzado esa dicha? ¿Cómo podrá jamás sufrir por las miserias del mundo quien entienda su propio Ser? Así pues, por tu propia felicidad, busca al Ser. Cuando te des cuenta de la gloria del Ser, sabrás que no hay nada más sublime.
 
¿ADÓNDE VAS?
Una guía para el viaje espiritual
SWAMI MUKTANANDA

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